martes, abril 10, 2007

Esteban

El baño del shopping está vacío. Esteban se alegra. Elige el mingitorio más bajo; el chorro no tarda en salir. En ocho minutos debe estar en lo de Graciela, su psicóloga. Podría haber ido al tualé del consultorio, pero ella tiene pinta de mugrienta.
Un empleado de limpieza entra al baño. A Esteban se le corta el chorro. Sabiendo que no va a volver a salir, aprieta el botón con el codo. Ninguna palanquita de las que echa jabón funciona. Fastidiado, Esteban sale sacudiéndose las manos. Usaría el secador, pero le quedan seis minutos, y Graciela se enoja cuando llega tarde.

3 comentarios:

Pablo dijo...

Che este no lo entendi , no termina tragicamente.

Loxias dijo...

vaya si no es trágico, hijo mío... como sigamos así le quedan unos años más de terapia.

Por cierto, mi madre es la terapeuta, mi padre el empleado de la limpieza (las veces que me ha cortado el chorro...), mi cama es el mingitorio, mi vida un puto baño de centro comercial y Esteban... (¡mierda!); Esteban soy yo.

Siesta del Fauno

Tilvy dijo...

Calma amigos, todos alguna vez tuvimos un `día así.

(Pd: buenas las hisotorias)
Saludos